¿TE GUSTARIA ECHARTE ESTO EN LA CARA?

Puede que ya los estés haciendo. Gran parte de las cremas de cara que te aplicas diariamente están formuladas a base de derivados del petróleo. Pueden aparecer en las etiquetas como parafinas, aceite mineral o parafina líquida, vaselina o metilsanol. Están presentes en cremas faciales, productos capilares, lociones para después del afeitado, desodorantes e, incluso, algunos colutorios para tu boca. Se emplean para dar consistencia a las cremas y porque al tapar los poros de la piel actúan como hidratantes. Esto es así en apariencia porque, en realidad ejercen de capa impermeabilizante que no deja escapar el agua de nuestra piel, pero también la incapacita para respirar y transpirar con lo que no puede eliminar los metabolitos y sustancias de deshecho. Además queda inhabilitada para ejercer su función autorreguladora y de defensa, pero como los derivados del petróleo son sustancias antibacterianas, tardas en notar que tu piel ha perdido su capacidad defensiva. La lista de efectos secundarios afecta a otros órganos mucho más profundos que la piel. Pero basta con que mires la foto, para que cuando tengas la etiqueta de una crema en tu mano, te decidas por aquella que lleve en su composición únicamente aceites vegetales mucho más afines a los lípidos de tu piel y carentes de efectos secundarios