En países que nos preceden en este tema como Alemania, pais en el que nos hemos formado se habla más de cosmética natural, mientras que en Francia se usan las dos maneras sin distinción.
Nosotros preferimos el término natural y de hecho es como titulamos el decálogo que encabeza nuestra página y trataremos de argumentarlo:
Un verdadera cosmética natural no es buena en sí por ser natural, sino porque en la naturaleza existen muchos principios activos con capacidad de actuar en un medio natural como es nuestra piel. Para que sea de calidad debe estar formulada para y por la piel.
La ecología es un gran valor y es necesario que aumente la conciencia ecológica en nuestro planeta para que no nos lo carguemos. Sin embargo, que algo sea ecológico no hace que realmente sea beneficioso para nuestra salud y la de nuestra piel. Lo que nos elimina es parte del riesgo de que sea tóxico.
No es la primera vez que hacemos un llamado a apostar por la calidad en este tipo de cosmética. Podemos encontrar dos cremas, una hecha con aceite de palma de poco valor y otra con un apreciado aceite de Jojoba. Ambas serán naturales, pero, obviamente, la segunda resultará mucho más beneficiosa que la primera.
Natural o ecológica, pero siempre avalada.
Los avales son una garantía de calidad de un producto, ellos en sus principios declaran una serie de productos como no aptos para estar incluidos en la composición de un cosmético natural. No son perfectos, pero hoy por hoy son la herramienta más eficaz para asegurar el origen natural de una crema.
Los avales con los que contamos nostrois son BDIH, Ecocert, Cosmebio, Na true y el propio del gobierno de Navarra
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